A Marion Jones le desposeyeron de sus cinco medallas en los Juegos Olímpicos de Sydney (2000) por haber confesado su dopaje, incluida la que ganó en los relevos de 4x100 (bronce) y 4x400 (oro). Ahora, las que fueron sus compañeras reclaman sus metales.
Son siete atletas y han apelado al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) en un intento de conservar sus trofeos. Junto a Jones, formaron el equipo del oro las relevistas Jearl-Miles Clark, Monique Hennagan, LaTasha Colander-Richardson y Andrea Anderson. El bronce también fue de Chryste Gaines, Torri Edwards, Nanceen Perry y Passion Richardson.
El pasado día 25 el diario New York Times informó de que las atletas, para poder apelar ante el TAS, necesitaban reunir unos 130.000 euros para poder pagar a los abogados que defiendan su causa en Lausana, Suiza.
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